12/02/2012

"Voy a cambiar el mundo"

Es una frase que recientemente estoy utilizando, tanto en escritura como en persona. Y puedo decir que me gusta, porque suena a un tiempo esperanzadora y cargada de seguridad, pero también difusa e irrealista. Cuando lo dices, la gente sonríe, y te pregunta con tono de burla "¿Ah si?¿ Y cómo piensas hacerlo?" Y tu sonríes, y dices  lo primero que te pase por la cabeza; un ideal una mentira bonita, una respuesta sarcástica, lo que sea. Tiene fuerza y encanto, tiene emoción.

Y precisamente eso es; voy a decir que, lejos de querer matar el "misticismo" de esta expresión, cambiar el mundo es fácil. Jodidamente fácil, todos lo hacemos, a cada segundo que pasa. No voy a explicaros la cantidad de cosas que afectan a nuestra vida sin que nos demos cuenta; en parte porque me pondría a llenar caras de word, y en parte porque poniendo todas las que conozco, seguramente no estaría poniendo ni la mitad.


 Así es la vida, absurda, entrincada y difusa. Y volátil.


Sin embargo, os voy a citar un par de cosas que aunque todos sabemos, no tenemos habitualmente en cuenta. Sin ir mas lejos, nuestros gustos musicales afectan radicalmente a nuestra personalidad; de hecho existen estudios de sociología que relacionan patrones de personalidad con los tipos musicales que se escuchan habitualmente, de la misma forma que nuestra ocupación también modifica la estructura de nuestro cerebro, influyendo así de una forma sutil en nuestra forma de interpretar nuestro alrededor, o sea la vida.


Solo teniendo en cuenta estos dos factores, a los que cada uno se ve sujeto de una forma diferente, podemos establecer "corrientes" de diferencias a la hora de interpretar la vida, de actuar frente al mundo y, si tenemos iniciativa, de cambiarlo. Si no la tenemos, lo cambiaremos también. De una forma más sutil pero no menos importante. A mí, las acciones que pueda efectuar un completo desconocido me pueden cambiar la vida. Otro día prometo (por enésima vez, lo se) hacer una entrada sobre la aleatoriedad a la que estamos sometidos, hace que nuestras acciones parezcan ridículas a la hora de "Tomar las riendas" sobre nuestra vida, ja. Pero ya habíamos quedado en que era absurda intrincada y todo eso.



Así que, tanto si queremos como si no, cambiaremos el mundo, de una forma u otra. Pero vayamos un poquito más allá. La publicidad, las series, películas y culebrones, las novelas y los comics, toda la "cultura del ocio" que nos rodea, modifica también nuestra forma de ser de una forma que dificilmente podemos concebir, quizá porque la mayoría de nosotros no estamos acostumbrados a manejar términos demasiado abstractos, pero creo que todos podemos, en mayor o menor grado, aceptar esta premisa.


E incluso ir un poquito más allá aún. ¿Queréis cambiar el mundo? Volvamos al punto en el que nuestra vida está afectada por la existencia de miles de desconocidos, y sus acciones, que podemos considerar más o menos aleatorias en lo que a nosotros nos concierne.


No creo en el bien, ni en el mal. Y sin embargo, admito que en muchas ocasiones puedo (o al menos, solía) ser  demasiado metomentodo a la hora de meterme donde no es asunto mío. De ayudar a la gente a corregir determinadas cosas, y me direis "¿Si no crees en el bien, como puedes corregir a alguien para que haga una cosa bien?" LLamadlo  instinto, filantropía, egoismo, intuición femenina, como os de la gana. La primera vez que una persona influye en la conducta de otra, es un acto egoista y alocado. Cuando la experiencia dice que, tras hacerlo varias veces, la mayoría de ellas te lo han agradecido más tarde, quizá el acto pasa a ser algo menos difuso, en consecuencia (no en planteamiento). Estáis "cambiando" a una persona. Y esa persona, a su vez, interfiere como parte del "inmenso factor aleatorio" en la vida de muchas otras. Y esas muchas otras, a su vez... Creo que nos hemos entendido.


¿Quéreis saber como pienso cambiar el mundo? De muchas maneras. Siendo un factor aleatorio, quiera o no quiera. Ayudando a las personas que me rodean hacia lo que yo opino que es bueno (altamente discutible), compartiendo mis ideas, e incluso publicando un libro, si al final lo consigo.


Y si no lo consigo, habrá quedado aún todo lo demás. Habrán quedado un montón de cosas por las que, si el tiempo no nos da muchas patadas, me sentiré orgulloso. Muchas personas habiéndome dado las gracias, habiéndome dicho que me quieren o habiéndome llamado hermano. Muchas otras habiéndome insultado, habiéndome llamado frio, egoista o directamente maldito cabrón. A todas ellas las habré cambiado, siquiera un poquito, de la misma manera que ellas me habrán cambiado a mí. Para bien, o para mal. Eso, incluso después de muchos agradecimientos, nunca se puede saber.


Y como no se puede saber si nos dirigimos hacia el bien o hacia el mal, es nuestro deber avanzar. Si nos equivocamos, alguien corregirá nuestros errores, aunque solo sea porque no soportan la situación que les han dejado, aunque sea porque nos odien y quieran deshacer todo lo que hayamos hecho.


Y si no me equivoco, entonces alguien alguien cdeshará nuestros cambios, aunque solo sea porque no soportan la situación que les han dejado, aunque sea porque nos odien y quieran deshacer todo lo que hayamos hecho.


Recordad, la vida es difusa, absurda y retorcida, pero sobre todo volátil, y recordad que, queráis o no, todos, todos vosotros, estais cambiando el mundo, aquí y ahora.


Y no se vosotros, pero yo tengo claro que quiero cambiar el mundo. No se si para bien o para mal, y al cabo, cuando alguien deshaga lo que yo haya hecho, realmente no será importante.


No se si me explico, y no se si mis ideas han quedado quizá demasiado enrevesadas, ni se si os habrá entretenido o si se habrá podido entender siquiera, o incluso si alguien se haya podido ofender.


Pero yo voy a cambiar el mundo.



Carlos Garrido



7 comentarios:

  1. Chapó, y te lo dice alguien que también quiere cambiar el mundo. Lo que ocurre es que mis teorías me obligan a subir para hacerlo, porque eso que llamas tú cambiar el mundo yo lo llamo cambiar mi entorno, y lo hacemos más por egoísmo. Me explico con mi ejemplo de siempre, cuando donamos dinero a una causa benéfica no lo hacemos (el 99% no) porque nos importe la causa, sino porque nos hace sentir bien con nosotros mismos, por tanto intervenimos y ayudamos a los de nuestro alrededor no porque nos interese (no siempre al menos) lo que hagan, sino porque hay riesgo de que se desestabilice nuestro entorno (ojo, que tampoco niego todos los actos de filantropía, pero me refiero a la media general).

    Entonces, cambiar el mundo requiere a mi modo de ver las cosas ingentes cantidades de dinero porque esta es la motivación principal del 99% del mundo. Al fin y al cabo, intercambian sus horas de vida por dinero, con lo cual dejan al dinero como una de las cosas más importantes (tampoco voy a defender que las horas de vida vayan a ser lo más importante, prefiero calidad a cantidad). Entonces en cuanto resuelves su problema con el dinero puedes empezar a inculcarles el resto de valores.

    Es sólo otra forma de verlo que tampoco niega la tuya ni mucho menos. Lo relevante es que ambos vemos que hay un mundo para cambiar y una motivación propia para hacerlo mientras el resto de personas a nuestro alrededor sonríe con ese "¿Ah, sí? ¿Y cómo piensas hacerlo?" en los labios. Hay dos tipos de personas, los que fracasaron por intentarlo y los que nunca lo intentaron. No me gusta ser del segundo tipo.


    P.D.: si me quedo con una frase en contexto es "Y si no lo consigo, habrá quedado aún todo lo demás." =)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me gusta lo que dices; y de hecho, el que "Lo hago por egoísmo" va implícito a la hora de impulsar un cambio que no estoy seguro si va a ser para bien o para mal, ya que aunque yo no crea ne dichos valores, eso no significa que para el resto de la sociedad sea así.

      Así que completamente de acuerdo :3

      Eliminar
  2. Un punto de vista muy interesante macho. Estoy de acuerdo en la mayoría de las cosas, y con independencia de eso son todo ideas muy bien presentadas, en argumento y forma.
    También con lo que menciona Chechu del punto en común de voluntad de cambiar el mundo, más allá de la escala o la estrategia, pero al menos intentándo hacerlo de alguna forma. El fracaso, si viene, que venga por hacerlo mal, no por esperar a que se haga sólo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. "El fracaso, si viene, que venga por hacerlo mal, no por esperar a que se haga sólo" eso lo he dicho yo, no Chechu D;

      Te denunciaré a la protectora de animales.

      Eliminar
  3. yo aun diria mas: voy a cambiar mi forma de ver el mundo...
    lo que comentais se le conoce como egoismo solidario si mi memoria nome falla. El problema es que es todo tan subjetivo que el egoismo solidario te puede llevar a cosas extremas como en un corto que vi hace años bastante acido y curioso.
    un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Curioso vídeo, aunque después de haberlo oído no se me parece en nada al concepto que exponemos aquí xD

    Gracias por compartir.

    ResponderEliminar
  5. En realidad el video representaba una visión totalmente deformada de lo que venía a ser lo del egoismo solidario, x cierto, sigo buscando pero no encuentro justo lo que a mi me llamó tanto la atención, supongo que después de varios aos se han ido amontonando otro tipo de cosas encima... y a ver quien lo encuentra ahora por Internet!
    Le preguntaré la semana que viene a una amiga que tengo que le gusta la psicologia ya la filosofia mucho a ver que me dice.

    Saludos!

    ResponderEliminar